ENCUENTRO NACIONAL DE ASOCIACIONES, CÁMARAS Y CENTROS COMERCIALES 2014
La Posta del Chuy – Melo
20 de
setiembre de 2014
Manifiesto
Las Organizaciones Empresariales reunidas informan a la opinión
pública:
La riqueza de los
países se mide a través de la prosperidad de sus empresas privadas, que son el
motor de toda economía.
En el Uruguay, el 98 %
de las mismas son pequeñas y medianas empresas, que para lograr su prosperidad,
requieren de un entorno estable, con reglas de juego claras, y en lo posible previsibles.
Ya el propio dinamismo
del funcionamiento del mercado nacional, regional y mundial, otorgan un grado
de incertidumbre suficiente al empresario, configurando un reto permanente en el
desarrollo de sus actividades.
El sector comercio y
servicios representa el 59% del PBI y aporta en mano de obra un 57% del total
de ocupados en la economía uruguaya.
En los últimos años, como
sector hemos enfrentado nuevos escenarios que han implicado un gran desafío
para la actividad económica del sector.
Desde el punto de
vista legislativo: temas laborales como la Ley de Negociación Colectiva, a la que
hemos impugnado ante la O.I.T y quien nos ha asistido en la razón, conminando
al Gobierno a realizar las modificaciones de acuerdo a las observaciones
realizadas por el Comité de Normas y Libertad Sindical de la mencionada
organización.
Hemos hecho una férrea
oposición a la a ley de responsabilidad empresarial penal, para la cual los
aportes del sector empresarial fueron desestimados.
Estamos analizando con
expertos la posibilidad de presentar el recurso de inconstitucionalidad a la
ley de inclusión financiera.
Hemos notado una
finalidad en desvirtuar el derecho al ejercicio de dirección de las empresas a
través de estas leyes.
Han sido constantes
nuestros planteamientos a la baja del gasto público y la preocupación del déficit
fiscal que actualmente se ubica en el entorno de los 2.000 mil millones de
dólares.
La transparencia en la
gestión de las Empresas Públicas, así como en las subsidiarias, han sido motivo
de preocupación, en el entendido de la falta de control parlamentario, generando
déficit extra presupuestal en estas sociedades.
Los monopolios
estatales y su gestión política proyectando candidatos a cargos electivos,
desvirtúan los principios básicos de gestión ética que reclamamos en los
directores de las empresas públicas.
La educación también ha
sido motivo de suma preocupación. Las Cámaras Empresariales de forma proactiva
han recurrido a los principales especialistas en la materia solicitándoles un trabajo
que hemos enviado a todos los candidatos presidenciables con propuestas
concretas de cambio y mejora del sistema educativo.
Frente al futuro
incierto y de real desaceleración económica tanto a nivel local como regional,
entendemos que el costo empresarial deberá ser cauteloso en aquellos aspectos
controlables a nivel interno de las empresas, y respecto a las variables
exógenas, sobre las cuales el empresario no tiene control, que tengan el mismo
comportamiento.
Las negociaciones a
nivel de los consejos de salarios que determinan crecimiento de salarios reales
por guarismos importantes y no atados a conceptos de productividad de los
sectores, no podrán ser mantenidos indefinidamente.
Creemos que la mejor
manera de defender la fuente del trabajo es la que está ajustada a lograr la sustentabilidad
de las empresas.
Las nuevas teorías
planteadas respecto a definir ajustes de salarios por cadena de producción, no
hacen otra cosa que alejarlas de dicha realidad.
A su vez reclamamos
que el Gobierno debe laudar si no hay acuerdos, no condenando a los empresarios
a ajustes retroactivos.
Hacemos llegar desde
acá nuestro reclamo a que los Consejos de Salarios sean instancias regionales,
sino departamentales, contemplando las diferentes realidades socio-económicas
del país.
Las gremiales
empresariales debemos de jugar un rol de liderazgo con voz firme para defender
todos estos principios que hacen a la competitividad de las empresas y por lo
tanto a su permanencia en el tiempo.
Como sector privado,
generadores de riqueza y de valores en nuestros colaboradores, sentimos la
imperiosa necesidad de encontrar en nuestras gremiales sectoriales, ese efecto
multiplicador y de círculo virtuoso que deberemos comunicar a toda nuestra
sociedad.
Es momento que todos entiendan
que el rol del empresario no es otro que el de un trabajador que toma riesgos,
apuesta a generar empleo y riqueza, y contribuye al mejor funcionamiento de la
sociedad.