Pasó en Paysandú, pero podría haber sido en cualquier lugar de la geografía del territorio. Hemos asistido a la fundamentada preocupación de productores, industriales y autoridades por la caída en la producción ovina nacional. Pero más allá de la incidencia que han tenido los factores económicos, si el abigeato de lanares y las matanzas que ocasionan perros sin dueños responsables no se corrigen y combaten con resultados satisfactorios, creemos será muy difícil revertir esta situación. El problema salpica a toda la campaña con diferentes grados de intensidad y sus efectos inciden razonablemente en las decisiones productivas de la gente de campo. Días pasados productores de la zona de Fraile Muerto, departamento de Cerro Largo, señalaban al programa Hora del Campo , que entre 4 o 5 establecimientos, sumaban más de un centenar de lanares los que mataron perros sin control. A esto se sumó la queja de productores de Ramón Trigo, que tuvieron el mismo problema aunque con menor número de animales afectados. Si el Uruguay quiere que la producción ovina tenga un mayor protagonismo, el combate a estos hechos deberá ser mucho más efectivo, y estos sucesos que hoy son frecuentes, deberán transformarse en excepcionales. De lo contrario serán muy pocos los dispuestos a jugarse por una producción con tantos obstáculos.
La crónica de el diario El Telégrafo de Paysandu es contundente sobre uno de los tantos episodios que viven los criadores de ovinos.
09/08/2011 | RURALES
“Si no puedo tener ovejas me voy del país”
Productora denuncia que le mataron 18
lanares en 23 días en la zona de Constancia
lanares en 23 días en la zona de Constancia
Sumamente consternada, pe-ro también firme en su pedido a las autoridades policiales para que actúen con celeridad para dar con los malvivientes, la productora comentó que “tengo la majada próxima a parir, con algunas ovejas que ya están pariendo. De noche las encierro al lado de la casa, pero ni así logro detener a quienes me han carneado una importante cantidad de animales”.
El proceder de los ladrones en las dos oportunidades anteriores fue similar a ésta. Abren la puerta del corral y se llevan los animales hasta un rincón, en donde eligen qué es lo que van a matar (ya lleva dos carneros Merino Australiano de pedigrí, ovejas y borregas). Allí los matan pero después los arrastran algunos metros para hacer la carneada.
Después deben caminar unos 200 metros para llegar a la ruta o camino vecinal más próximo, “en donde seguramente los espera algún vehículo, porque no es una carga liviana”, explica. Al amanecer de este lunes, la productora se encontró con la desagradable sorpresa de que le faltaban 7 ovejas próximas a parir y un carnero de la raza carnicera Milschschaf. No llevó mucho tiempo dar con el lugar en donde los autores del “desastre” habían realizado la faena con total impunidad. “Dejaron los cueros y los costillares, llevándose toda la carne de esos animales”, explicó.
Un agente de la seccional Quinta con asiento en Constancia acudió rápidamente al llamado de la productora, en tanto minutos después hizo lo propio el comisario Jorge Pintos, acompañado por personal de Policía Técnica.
“Esto es lamentable, en solo 23 días me mataron 18 animales, pero desde la zona de Cams hasta acá, van 30 en 25 días”, sostuvo indignada. Recordó que la primera vez le llevaron 5 ovejas, el jueves de la semana pasada 5 animales más y 8 en la madrugada anterior.
“Lo único que pretendo es que esto se acabe y detengan al causante. No puede ser que de al lado de la casa, sobre la ruta, vengan y me lleven los animales. ¿Qué tengo que hacer? ¿Dormir arriba del árbol?”, preguntó visiblemente molesta. Finalmente reconoció que se está haciendo cada vez más difícil producir, “pero si algo tengo claro es que si tengo que dejar de criar ovejas me voy del país”.